La vida puede ser estresante. Tener VIH es muy estresante. Ser un paciente es estresante. El miedo, el sentimiento de pérdida, la tristeza y los problemas económicos, pueden todos ser estresantes. Algunos estudios muestran que las personas con VIH se benefician de hacer diariamente algún tipo de relajación estructurada, bien sea yoga, escuchar música, respiración profunda, relajación muscular, meditación. Muchos estudios que se han presentado en las recientes conferencias internacionales sobre el SIDA demuestran que la relajación hecha regularmente disminuye la depresión, mejora la actitud y mejora ciertos indicadores específicos de laboratorio sobre la función inmunológica. Otros estudios han demostrado que los niveles altos de estrés pueden debilitar el sistema inmunológico, lo que podría llevar a aumentar los síntomas y las infecciones.
El ejercicio
Efectos del ejercicio, la relajación, los grupos de apoyo y la actitud positiva en el VIH
Un fundamento sólido para tener una mejor salud se logra haciendo algunas elecciones de sentido común sobre el estilo de vida. Estas medidas son básicas para cualquier plan de mantenimiento general de la salud.
El ejercicio físico ha demostrado su utilidad para mejorar la salud y como medio de apoyo eficaz para el tratamiento del VIH. Para las personas con VIH que estén libres de síntomas, el ejercicio aeróbico regular y vigoroso, en sesiones de 30 a 45 minutos, unas tres a cuatro veces a la semana, es un medio excelente de ejercitar el sistema cardiovascular. Ejemplos de estos ejercicios aeróbicos son trotar, montar en bicicleta, bailar, clases de aeróbicos, nadar, esquiar, patinar, juegos como el fútbol o el baloncesto, y el uso de máquinas como bicicletas fijas o cintas rodantes.
Un programa de aeróbicos acondiciona el corazón y los pulmones, combate la depresión al aumentar los niveles de endorfinas, y según se ha observado en varios estudios, aumenta efectivamente el recuento de células CD4+ (un indicador de la fortaleza del sistema inmunológico). Un estudio también mostró que las personas que hacían ejercicio regularmente tenían una menor incidencia de infecciones oportunistas y un mejor manejo del estrés. Sin embargo, las maratones y otros tipos de ejercicios que implican demasiado esfuerzo han debilitado algunas veces el sistema inmunológico de las personas. Los ejercicios de resistencia (como el uso de pesas y máquinas) forman masa muscular, ayudan a preservar el peso corporal magro y promueven una mejor salud. Sin importar cuál sea su estado de salud, siempre comience sus ejercicios lentamente y vaya aumentando la intensidad gradualmente. En la mayoría de los casos, hacer algo de ejercicio es mucho mejor que no hacer nada.
Un fundamento sólido para tener una mejor salud se logra haciendo algunas elecciones de sentido común sobre el estilo de vida. Estas medidas son básicas para cualquier plan de mantenimiento general de la salud.
El ejercicio físico ha demostrado su utilidad para mejorar la salud y como medio de apoyo eficaz para el tratamiento del VIH. Para las personas con VIH que estén libres de síntomas, el ejercicio aeróbico regular y vigoroso, en sesiones de 30 a 45 minutos, unas tres a cuatro veces a la semana, es un medio excelente de ejercitar el sistema cardiovascular. Ejemplos de estos ejercicios aeróbicos son trotar, montar en bicicleta, bailar, clases de aeróbicos, nadar, esquiar, patinar, juegos como el fútbol o el baloncesto, y el uso de máquinas como bicicletas fijas o cintas rodantes.
Un programa de aeróbicos acondiciona el corazón y los pulmones, combate la depresión al aumentar los niveles de endorfinas, y según se ha observado en varios estudios, aumenta efectivamente el recuento de células CD4+ (un indicador de la fortaleza del sistema inmunológico). Un estudio también mostró que las personas que hacían ejercicio regularmente tenían una menor incidencia de infecciones oportunistas y un mejor manejo del estrés. Sin embargo, las maratones y otros tipos de ejercicios que implican demasiado esfuerzo han debilitado algunas veces el sistema inmunológico de las personas. Los ejercicios de resistencia (como el uso de pesas y máquinas) forman masa muscular, ayudan a preservar el peso corporal magro y promueven una mejor salud. Sin importar cuál sea su estado de salud, siempre comience sus ejercicios lentamente y vaya aumentando la intensidad gradualmente. En la mayoría de los casos, hacer algo de ejercicio es mucho mejor que no hacer nada.
Grupos de Apoyo
Aunque no existe una información contundente que vincule a los grupos de apoyo o al papel que desempeña una actitud positiva con un mayor grado de supervivencia, las personas con VIH frecuentemente atestiguan que estas actividades están asociadas con una mejor calidad de vida y un mayor optimismo con respecto al futuro.
La importancia de pertenecer a un grupo de apoyo ha sido investigada en los pacientes con cáncer, con un estudio que reportó que pertenecer a un grupo de apoyo durante un año duplicó el tiempo de supervivencia entre las mujeres con cáncer del seno. En este momento se están llevando a cabo estudios similares sobre los grupos de apoyo para el VIH que podrían demostrar su importancia considerable. Las personas con VIH que asisten inicialmente a grupos de apoyo obtienen ayuda para lidiar con sus propios sentimientos de shock y de negación a medida que afrontan su diagnóstico. A menudo, conocen personas que se encuentran no solo sobreviviendo sino progresando en medio de esta enfermedad. Los grupos también sirven como un foro para compartir nueva información sobre tratamientos y recursos, así como para brindar un espacio en el que se pueden resolver ciertos problemas. Los individuos a menudo tienen la oportunidad de construir una red de apoyo que se extiende más allá de la reunión del grupo y que puede abrir la posibilidad de ayudar a satisfacer las necesidades de amistad e intimidad. Todo esto ocurre dentro de un contexto en el que se ventilan las situaciones difíciles que conlleva el VIH, tales como cuándo y a quién decirle sobre su condición de VIH positivo, los problemas familiares, los cambios profesionales, el romance, el sexo, el amor y la búsqueda personal del significado de la vida. Los grupos de apoyo también ofrecen un tiempo para actividades de sanción, tales como cantar, meditar y el uso de imágenes
Actitud Positiva
La actitud general que una persona asuma hacia su enfermedad, también establece una gran diferencia. Por ejemplo, la noción de que el paciente es una víctima desvalida puede sustituirse por la de una persona que está activamente involucrada en el cuidado de su propia salud y que se está informando y aumentando su poder personal para escoger los tratamientos que desea probar. Los investigadores de un campo relativamente nuevo, la psiconeuroinmunología, están estudiando la conexión entre los pensamientos, los sentimientos y el sistema inmunológico. Parece que lo que le comunicamos a nuestro cuerpo sobre nuestro estado de salud o enfermedad puede afectar el progreso o las consecuencias de una enfermedad.
Las Creencias
Los estudios muestran que cuando una persona cree que un medicamento va a ser eficaz, hasta un 40% de los que toman el placebo (una pastilla de azúcar que no tiene ingredientes activos) van a experimentar un efecto positivo. De igual forma, si una persona cree que la enfermedad es una sentencia de muerte, son mayores las probabilidades de que esto se vuelva realidad. Los estudios sobre las características de los sobrevivientes a largo plazo del SIDA muestran que la mayoría posee una visión positiva y cree que sus acciones van a establecer una verdadera diferencia.